miércoles, 5 de octubre de 2016

130% de acuerdo.-

BLICACIONES QUE NO VISTE
HASTA AQUÍ LLEGUÉ.
PORQUE LA VIDA NO PASA POR UN MONITOR.
Vengo de la concentración por Jihad.
Aclaro que entendí mal: Jihad no retoma la huelga seca esta medianoche. Lo hizo en la medianoche de ayer.
Es muy factible que no resista vivo hasta el fin de semana.
No me cierra que con más de 1.800 personas afines a su caso (restando obviamente infiltrados vocacionales y rentados), ninguno de ellos haya marcado presencia hoy.
Yo no miento, porque creo que el mentiroso, a quien miente en primer lugar, es a sí mismo. Y seguramente ahí estuvo mi error.
Realmente creí que Jihad le importaba a más de 1.800 personas. (Si alguien no leyó mi reflexión anterior, me estoy refiriendo a integrantes del grupo público “Reunificación familiar y un pais para Diyab ya!!!” y personas que han dicho que les gusta el sitio “Vigilia por Jihad Diyab”).
Lo dije y lo repito. La vida no pasa por un monitor. Cuando la dignidad humana lo exige, hay que estar presente y chau. No queda otra.
No me sirven los teóricos iluminados y sus textos, si no marcan presencia.
No me sirven los eternos voceros de injusticias, si no marcan presencia.
No me sirven los defensores de DDHH, si no marcan presencia.
Las redes sociales en mi opinión, adormecen. Te dan la ilusa sensación de que estás haciendo algo. Te lo explico, sólo estás compartiendo cartelitos, con el culo en la silla.
Hace bien poco tiempo, me había propuesto seguir una única línea de acción en mi Facebook, compartir bellezas visuales.
Pero –felizmente- hubo hechos que me conmovieron. Y no fui fiel a la postura planificada.
Para coleccionar bellezas, ya tengo cuenta abierta en Pinterest.
Por si hiciera falta aclaro, que estas líneas no tienen por objetivo un masaje de ego. No lo necesito.
No es mi intención que comenten sobre lo valioso de mis aportes. Si los hago, es porque para mí tienen valor. Y con eso me alcanza.
Pero si hay algo que exijo y respeto, es la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.
Y es lo que falta. Y seguirá faltando.
Porque todo está orquestado para mantenernos en esa ilusión total y absoluta de que hacemos algo.
No señores, no hacemos nada. Sólo decoramos Facebook.
Ni qué hablar de la facilidad con que le abrimos nuestra mente al poder de turno, para recibir contenidos elaborados y digitados. Y los seguimos con fidelidad sublime.
Eliminaré mi cuenta de Facebook. No hablo de desactivarla, hablo de eliminarla definitivamente.
En mi nombre, no se dirá una cosa y se hará la contraria.
Me niego a ser parte de esa dinámica.
La dejaré unos días, como para que las personas que quieran, puedan leer esto. Porque para mí, el poner en palabras, es algo indispensable.
Aclaro que no responderé comentarios.
Y si a alguien esta reflexión le es de utilidad, me daré por satisfecha.
Repetiré algo ya expresado, me da una infinita tristeza, hacerme consciente de los valores imperantes en nuestra sociedad.
La ignorancia la puedo comprender. El egoísmo, no.
¡Gracias por todo lo bueno!

No hay comentarios:

Publicar un comentario