15/09/06
Educación Cívico Democrática.
Si esta rara y valiosa ventana histórica permanece abierta gracias a la sabiduría que los compañeros/as de gobierno ejerzan para conservar la confianza del pueblo, es fundamental transmitirles a los jóvenes a través de la educación aquellos valores que los lleven a considerar su país, su gobierno y su destino como algo propio; lo colectivo como finalidad y no el arribismo individual como valor supremo junto con el snobismo clasista.
Si en la década del 60 los jóvenes salieron a la calle dispuestos a inmolarse fue porque estaban formados en la excelente escuela valeriana que les inculcó elevados valores éticos, morales civilistas y democráticos.
Si se hace carne en el gobierno y en el pueblo la voluntad de cambio y la búsqueda de un país mejor, comenzando por detener y revertir el descalabro económico social que se viene agravando desde hace 40 años, es imprescindible encontrar el lenguaje para transmitirle al pueblo la necesidad de que participe, construya, idealice y elabore el plan posible a seguir.
Es tarea de años, tal vez de generaciones, como de alguna forma está ocurriendo ya aquí. No hay cambios a medias. O estás de un lado o estás del otro. No se puede estar bien con dios y con el diablo.
El capitalismo es tan frágil – como que está todo él basado en mentiras históricas aceptadas- y, como se sabe vulnerable, reacciona con exagerada violencia ante la mínima amenaza. Basta leer la historia – por arribita nomás – para que eso quede claro y demostrado. Por eso, cualquier tipo de cambio sólo puede sostenerse con la participación directa de un pueblo convencido que acompañe.
A partir de la escuela y en el liceo debemos mostrarles a los jóvenes los caminos a través de buenos ejemplos. Para que ellos elijan sin influencias. Ah!.. Si tuviéramos
Un José Ingenieros contemporáneo…
Este es el momento histórico más difícil para luchar contra el capitalismo porque el sistema está en la cúspide de la parábola. La Humanidad toda esta fascinada por el consumismo que se ha convertido en la principal religión; con los bancos y los shoppings como templos. Resulta muy difícil visualizar ahora que se trata de una pandemia generalizada y alienante que ha derribado todos los códigos éticos, morales y religiosos y que nos encaminamos hacia un caos global en todos los ordenes.
Ayer leía sobre la crisis económica que enfrenta la GM con sus 340.00 empleados desparramados por todo el mundo.
¿Cómo reconocer que el capitalismo se agotó y dio quiebra? Sin embargo, aparecen señales alentadoras de toma de conciencia a nivel mundial. Somos condicionados a participar del capitalismo. No hay elección posible. La inercia histórica de 10.000 años nos determina, pero cuanto más tiempo pase, las convicciones se harán mas favorables para el cambio. La ambición consumista que nos han impuesto – aparte de una estupidez – es una enfermedad. (Ayer leía sobre uno de esos enfermos que ya ha cambiado 10 modelos de celular). Ni siquiera podemos imaginar que la humanidad comience a elaborar las bases para implantar otro modelo de sociedad posible, hasta que masivamente tome conciencia de la inconveniencia de éste.
Los indicadores apuntan que nos aproximamos rápidamente al caos final con una velocidad exponencialmente acelerada, todos festejando embriagados con el crecimiento económico, con un demente idiota comandando la policía del mundo; amenazados por problemas vitales que se agravan día a día y que nadie intenta disminuir, porque hacerlo disminuiría el sacrosanto crecimiento económico: hambre, desempleo, agua potable, agresión ambiental irreversible, agujero de ozono, calenta-miento de la atmósfera, deshielo polar, neurosis, drogadicción, violencia…. y suma y sigue.-
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