sábado, 24 de septiembre de 2011

PAZ DE ESPÍRITU.-

11/11/09

Paz de espíritu.

He llegado a una agradable paz de espíritu al comprender que el FA está encauzando al paisito por los derroteros que anhela la mayoría y la satisfacen. Lo indican las cifras de las encuestadoras y los resultados electorales. La felicidad también se alcanza a través de la ilusión, la esperanza y los sueños.
Estamos en democracia, las elecciones son limpias y hay libertad de prensa, aunque las informaciones puedan ser ocultadas y manipuladas.
Hay que sacarse el sombrero ante la  habilidad demostrada por nuestros compañeritos de izquierda para interpretar la voluntad popular y  captar su aprobación y apoyo.
De lo que se trata es de administrar los conflictos o impedir su aparición y crear expectativas manteniendo la esperanza.
Es inútil fundamentar las críticas si la gente está obnubilada y bloqueada, y se resiste a escuchar. Debemos curvarnos ante la voluntad popular.
Es ser científicamente objetivo y no derrotista, reconocer la supremacía ideológica obtenida por el sistema, así como el dominio sobre las masas pauperizadas y explotadas.
Basta tirar unos puñados de maíz para tranquilizar al gallinero y que las gallinas cacareen agradecidas y satisfechas.
Si la información sustenta al poder, también es la savia  de la conciencia. Sin conciencia popular no hay cambios; y aquí todavía andamos lejos de las casas.
Quedó atrás la valiosa alarma que provocara la gesta del 68, trayendo como residuo aprovechable al gobierno del FA, con una gerontocracia cansada e incrédula subida a un montón de huesos gloriosos.
Ahora los consecuentes y coherentes son vistos como traidores, se encumbró nuevamente la mediocracia de los oportunistas y de los egoístas escaladores.
Pero volviendo al principio: me da paz  reconocer, (no aceptar), la sumatoria de voluntades, la esperanza renovada y apuntar al Uruguay del 2030;  reiniciar con alegría el agotado camino del cómodo paternalismo estatal que nos protege como un padre (aparentemente) bondadoso y generoso.
Lo positivo del paso histórico que se va a dar con el triunfo del Pepe es que se mantendrá planteada la contradicción que importa: ricos y pobres, explotadores y explotados, la propiedad de la tierra en pocas manos y otros etcéteras.
Yo confío en los procesos históricos más allá de que el sistema haga esfuerzos por ocultarlos o minimizar los fenómenos que generan.
Sólo cabe desensillar hasta que aclare, porque “Las únicas causas que se pierden son las que se abandonan.”

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