08/06/09
A llorar al cuartito V
La política es el juego de la mosqueta.-
Los políticos que conocen bien las reglas del juego,son formados e informados , tienen sus conciencias compradas con sueldos suculentos y ocultan las verdadesras causas que generan la exclusión social,la violencia y la drogaadicción.-
La política no resiste el análisis a través de los gráficos e indicadores y mucho menos del sentido común.-
El sistema se recrea constantemente y consigue mantener viva la llama de la esperanza de los desposeídos que diariamente enfrentan el vía crucis de la sobrevivencia,de la criación y educación de sus hijos,la lucha por sus derechos,la salud y demás.-
A ésta altura ya todo está estudiado pormenorizadamente y plasmado en el papel;sin embargo,el sistema es tan hábil y competente que mantiene a la inmensa mayoría de las masas en la ignorancia. Es claro que son víctimas fáciles de la explotación y el sometimiento porque tienen sus cerebros colonizados por la ambición material y el consumismo tentador.-
Ese enemigo invisible es el difícil de derrotar. Todos los medios de difusión están minuciosamente enfocados a la difusión de la ideología del capitalismo que bombardea a los integrantes de TODAS las clases con el mismo mensaje tentador.-
A lo largo de éstos primeros 70 años he sido un atento observador de esa conducta humana condiccionada que se apoya en impulsos negativos ancestrales ; que lejos de apartar el hombre de la bestia,lo estimula en una competencia feroz y despiadada.-
El capitalismo es irracional y lleva en sí el germen de su propia extinción. En ese corpúsculo infinitesimal de materia perdido en el espacio (6.000 kms. de radio) es absurdo pensar que se puede continuar apuntando a un crecimiento económico desenfrenado para satisfacer la fiebre alienante de la ambición acumulativa de unos pocos.-
Actualmente estamos extrayendo el 140% de los recursos del planeta. Se trata del más simple de los cálculos aritméticos. ¿Cuánto tiempo más puede soportar el planeta?...
Claro que la vida y la naturaleza siguen sus propias reglas y transitan sus caminos , sin importarles las sesudas y vanidosas planificaciones humanas de los poquitos dueños del mundo.-
Esa es la débil esperanza que me alienta a creer que el "homo económicus" todavía puede tener na oportunidad de sobrevivir.-
M
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