domingo, 11 de septiembre de 2011

Un pueblo que no ha sabido agradececer a los médicos que han velado por su salud.-

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UN PUEBLO QUE NO HA SABIDO AGRADECER A LOS MEDICOS QUE HAN VELADO POR SU SALUD.

Me estoy refiriendo a la ingratitud de miles de uruguayos/as que le deben la vida a docenas de médicos que cumplieron un digno papel profesional permaneciendo a pie firme junto a miles de detenidos-desparecidos mientras se le sometía a  “apremios físicos” (vulgo – tortura) cumpliendo a rajatabla el juramento hipócrita al que están obligados.
¡Qué injusto olvido hacia ellos en estos 32 años!
Porque fueron ellos que humanizaron la tortura, no sólo revisando la mercadería antes de entregarla mediante un previo examen médico (gratuito), gasto que no se incluyó entre los gastos carcelarios que yo sepa, sino manteniéndose a pie firme al lado del tacho mientras se le hacia el submarino al porfiado y despreciable pichi incapaz de valorar la patriótica tarea en que estaba empeñado nuestro patriótico militarismo para multiplicar la deuda externa por doce.
O junto a la parrilla metálica donde la cobarde estudiante veinteañera saltaba incontrolablemente incapaz  de  soportar humanitarios voltajes y amperajes mientras se escuchaba (a todo volumen)  “salta,  salta, pequeña langosta” ( canción de moda en la época) para que no se escucharan sus gritos.
Y el galeno ahí, con el estetoscopio colgado del pescuezo y la túnica impoluta, digno uniforme que simboliza todo el avance y conquistas de la cultura y de la ciencia.
En este momento histórico donde nuestros empleados públicos uniformados, acaparan toda la atención a causa de los residuos de esos pichis que si fueron muertos, es por su única y exclusiva responsabilidad. Bastaba con que hubiesen cooperado en los interrogatorios y se hubiesen ahorrado innúmeras molestias. Incluida su propia muerte.
A pesar de ser un reconocimiento póstumo, porque el Dr. De Castro ya no milita entre los vivos, (“que dios lo tenga”, como dicen en Brasil) , deseo hacerle llegar mi agradecimiento tardío desde este valle de lágrimas por los servicios profesionales que me prestó en el B.I.No. 12 de Rocha.
Creo que todos los compañeros/as deberían agradecer públicamente a estos abnegados galenos que tantos certificados de defunción por paros cardíacos y autoeliminación tuvieron que extender, mascarando las verdaderas causas de los decesos que eran la anti-patriótica falta de colaboración en los interrogatorios.

Mau Mau

Dedico esta nota al Dr. Mautone, cuyo nombre ha sido el más destacado de estos médicos especialistas.


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